Nos
dirigimos a los padres que quieren anotar a sus hijos en un jardín de infantes
y consideran al Miguel Hernández (M.H.) como una opción.
Nosotros
sabemos que ninguna institución, ni directivo ni docente es infalible, así como
nosotros padres también cometemos errores. Pero no nos quedó otra alternativa
que escribir este texto crítico, una vez que nuestr@ hij@ está fuera de dicha
escuela, debido a la falta de espacios de intercambio democrático en el M.H.
Es decir,
errores se cometen siempre, pero uno se supera teniendo una actitud humilde y
apoyándose en la mirada de los bienintencionados que quieren ayudarnos. Precisamente
de esa humildad frente a los padres adolece el Miguel Hernández.
Debemos
advertir primero lo que no se avisa con suficiente claridad a los desprevenidos
padres que anotan a sus hijos en este jardín: las salas de 2, 3 y 4 años son un
embudo que desemboca en la sala de 5 años. No hay vacantes suficientes en la
sala de 5 (1 solo turno) para los niños que vienen de las salas anteriores (2
turnos). Este hecho provoca una serie de deformaciones en el rumbo pedagógico
de la sala de 4 que detallaremos más adelante.
¡Tu hij@ es
único y vos como madre o padre también! ¡Cuando hablan de tu hij@ lo deben
hacer con todo el amor y respeto! ¡No dejes que con arrogancia pongan en duda
tu capacidad como madre o padre! ¡El M.H. es una institución privada que estás
pagando, como cliente tenés derecho a ser respetado, la vacante no es una dádiva
que le están otorgando a tu hij@, la pagaste con tu esfuerzo!
Las
autoridades del M.H. lucran con la insuficiencia de escuelas públicas en la
zona de Parque Chacabuco/Pompeya/Bajo Flores y con la existencia de la Villa
1-11-14, que impulsa a las familias a buscar establecimientos que se alejen de
la villa.
El paradigma
educativo del M.H. pondera la precocidad de l@s niñ@s como un bien a conseguir
y celebrar. Se introduce a los niñ@s forzadamente en la sala de 4 a aprender
letras y números, salteando etapas en un proceso ansioso, estresante y absolutamente
innecesario para los infantes.
En la sala
de 4, el “tren” sigue su curso, sin esperar a los “rezagados”, que pueden llegar
conformar un tercio de l@s niñ@s del aula y da como resultado que las docentes
se frustren con programas que no pueden cumplir. Nosotros creemos, por el
contrario, que ningún programa o plan ideado en un escritorio debe imponerse a
los niños, sino que el mismo debe ser más que nada un punto de partida a
adaptar según las características de cada grupo real de alumn@s.
Se llama a
los padres para tratar de “averiguar” qué pasa en la casa de los niñ@s ante los
escollos que surgen por la manera brusca de aplicar un plan de estudios inadecuado. Más que nada, se trata de “pasar la pelota” a los padres para no
asumir los propios errores. A los padres que nunca pasaron por esto, se los
llena de angustia y de culpa innecesariamente. Pensemos el costo emocional para
una madre o un padre de tener que pedir permiso para salir de su trabajo,
realizar un largo viaje y asistir a una reunión donde se habla con rudeza de
su hij@.
En el M.H.
se abusa de derivaciones a especialistas ante cualquier conflicto que no se
puede resolver satisfactoriamente en el aula. Psicólogos, fonoadiólogos, etc.
¡Se piden psicólogos para niñ@s de dos años de edad! Se pide un “estudio
psicólogico”, así en general, demostrando desconocimiento de que existen muchos
tipos de estudios psicológicos. Tenemos serias dudas de que las máximas
autoridades del M.H. (directora del jardín y dueña de la escuela) tengan formación
específica para educar alumn@s en la edad de niñez temprana.
En la sala
de 4, se insiste mucho en la lectura de cuentos, siendo ésta una actividad que no corresponde a la etapa evolutiva de much@s de l@s niñ@s del curso.
Un
comentario recibido de la dueña: “tu hij@ es demasiado aniñad@” (refiriéndose a
un niño de 4 años). Otro comentario sobre el mismo niño (en sentido negativo):
“si no lo obligo, no puede parar de jugar”.
Otra
falencia grave del jardín es que hay niños que están todo el día en la escuela,
pero conviven con niños que van a un solo turno. Por ejemplo, un niño entra a
las 8:30 de la mañana, su mamá lo deja y se va a trabajar. A la mañana el niño
está en clase realizando diversas actividades: inglés, música gimnasia, lectura
de cuentos, armado de estructuras con juegos de encastre, etc. Luego llega la
hora del alumerzo, y a las 13:45 debe retomar las mismas actividades que hizo a
la mañana, ya que convive con niños que concurren solamente al turno tarde. Se
le exige a l@s niñ@s que van a jornada completa el doble de concentración de
los que van a un solo turno.
Un niño que
asiste a actividades educativas en el turno mañana necesita descansar a la
tarde, máxime si sólo tiene 4 años de edad. A la tarde sólo debería realizar
actividades recreativas, y en lo posible que no estén pautadas por las
maestras.
Nos enterábamos de casos de niños con mal comportamiento, probablemente causado por el estrés que el M.H.
genera en niños que asisten a escolaridad completa.
A una madre
se la obligó a retirar todos los días a su niño para el almuerzo porque la
escuela no se pudo hacer cargo de su comportamiento en ese horario. Lo que
sucedía es que el niño era “ruidoso” y no dejaba dormir a sus compañeros.
Recordemos que esta madre estaba pagando una cuota por escolaridad completa y
de este modo la obligaron a dos viajes más (ida y vuelta de la escuela) durante
el día, totalizando así 4 viajes: ida a la mañana, ida al almuerzo, vuelta del
almuerzo, vuelta de la escuela por la tarde.
Durante el
2015 la dueña de la escuela se encontró con el problema de que en la sala de 4,
de 2 turnos, había demasiados niños para la sala de 5 (un solo turno) del año
2016. Así es que empezaron las “apretadas”, es decir pedidos de reuniones con
los padres para comunicarles frases del tipo “yo no veo a tu nene maduro para
entrar a la sala de 5 de este jardín”. De manera que nos encontramos en una suerte
de juego de “Gran Hermano”, con eliminación de niñ@s”, supuestamente “no aptos”
para el “competitivo” nivel del jardín M.H.
En las
reuniones motivadas por el comportamiento de un@ niñ@ se utiliza un tono trágico
para describir dificultades, olvidando que lo que se evalúa hoy puede ser muy
distinto en 6 meses, ya que se trata de la etapa de crecimiento y maduración
por excelencia. Después de dichas reuniones un@ queda anonadad@ y preguntándose
si no estuvo hablando con principiantes en la educación o con gente que detesta
a l@s niñ@s. Y comprueba que la “experiencia” profesional no necesariamente es
un atributo que mejora junto con la edad de las personas (directora y dueña rondan los 60 años de
edad), sino principalmente la consecuencia de tener los oídos abiertos para
aprender y reconocer los propios errores.
Nosotros
consideramos que es demasiado temprano para un@ niñ@ de 4 años iniciarse en la
lecto-escritura o en la comprensión de los números. Tampoco un niño de 5 años
precisa iniciarse en la computación, ni es imprescindible que aprenda un idioma
extranjero. Lo único que creemos indispensable es que l@s niñ@s de 4 o 5 años
¡jueguen! Que socialicen, que aprendan el valor y las reglas de la amistad, la
solidaridad, la cooperación y el respeto por el otro.
El jardín
M.H. se vanagloria de ofrecer jornada
completa en la sala de 5, pero pudimos averiguar en la Dirección General de
Educación Privada del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que oficialmente
está anotado para brindar un solo turno. Las actividades a contra-turno, como
tae-kwon-do o ajedrez, son consideradas extras pero no reconocidas como
curriculares por el Gobierno de la Ciudad, por lo que el jardín no llega a
calificar oficialmente como de “jornada completa”.
En esta nota
nos concentramos en describir los defectos que vemos en esta institución y sus
autoridades, que es lo que no se cuenta en la página Web de la escuela, ni
tampoco es advertido claramente a los padres que inscriben a sus hij@s en el
jardín.
Alentamos a los padres que tengan quejas sobre el jardín M.H. a que las planteen en el lugar que funciona a tal efecto, la Dirección General de Educación Privada del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, sita en AV SANTA FE 4362 entre Darragueyra y Uriarte 3er piso contrafrente , teléfono 4773-2400. Debemos reaccionar así ante la soberbia y los atropellos de las autoridades del M.H. Nadie en nuestra sociedad está exento de ser controlado y eventualmente sancionado por incumplir su deber, y esto incluye a las autoridades del jardín de infantes Miguel Hernández.