viernes, 29 de julio de 2016

Una mirada crítica sobre el jardín de infantes Miguel Hernández

Nos dirigimos a los padres que quieren anotar a sus hijos en un jardín de infantes y consideran al Miguel Hernández (M.H.) como una opción.

Nosotros sabemos que ninguna institución, ni directivo ni docente es infalible, así como nosotros padres también cometemos errores. Pero no nos quedó otra alternativa que escribir este texto crítico, una vez que nuestr@ hij@ está fuera de dicha escuela, debido a la falta de espacios de intercambio democrático en el M.H.

Es decir, errores se cometen siempre, pero uno se supera teniendo una actitud humilde y apoyándose en la mirada de los bienintencionados que quieren ayudarnos. Precisamente de esa humildad frente a los padres adolece el Miguel Hernández.

Debemos advertir primero lo que no se avisa con suficiente claridad a los desprevenidos padres que anotan a sus hijos en este jardín: las salas de 2, 3 y 4 años son un embudo que desemboca en la sala de 5 años. No hay vacantes suficientes en la sala de 5 (1 solo turno) para los niños que vienen de las salas anteriores (2 turnos). Este hecho provoca una serie de deformaciones en el rumbo pedagógico de la sala de 4 que detallaremos más adelante.

¡Tu hij@ es único y vos como madre o padre también! ¡Cuando hablan de tu hij@ lo deben hacer con todo el amor y respeto! ¡No dejes que con arrogancia pongan en duda tu capacidad como madre o padre! ¡El M.H. es una institución privada que estás pagando, como cliente tenés derecho a ser respetado, la vacante no es una dádiva que le están otorgando a tu hij@, la pagaste con tu esfuerzo!

Las autoridades del M.H. lucran con la insuficiencia de escuelas públicas en la zona de Parque Chacabuco/Pompeya/Bajo Flores y con la existencia de la Villa 1-11-14, que impulsa a las familias a buscar establecimientos que se alejen de la villa.

El paradigma educativo del M.H. pondera la precocidad de l@s niñ@s como un bien a conseguir y celebrar. Se introduce a los niñ@s forzadamente en la sala de 4 a aprender letras y números, salteando etapas en un proceso ansioso, estresante y absolutamente innecesario para los infantes.

En la sala de 4, el “tren” sigue su curso, sin esperar a los “rezagados”, que pueden llegar conformar un tercio de l@s niñ@s del aula y da como resultado que las docentes se frustren con programas que no pueden cumplir. Nosotros creemos, por el contrario, que ningún programa o plan ideado en un escritorio debe imponerse a los niños, sino que el mismo debe ser más que nada un punto de partida a adaptar según las características de cada grupo real de alumn@s.

Se llama a los padres para tratar de “averiguar” qué pasa en la casa de los niñ@s ante los escollos que surgen por la manera brusca de aplicar un plan de estudios inadecuado. Más que nada, se trata de “pasar la pelota” a los padres para no asumir los propios errores. A los padres que nunca pasaron por esto, se los llena de angustia y de culpa innecesariamente. Pensemos el costo emocional para una madre o un padre de tener que pedir permiso para salir de su trabajo, realizar un largo viaje y asistir a una reunión donde se habla con rudeza de su hij@.

En el M.H. se abusa de derivaciones a especialistas ante cualquier conflicto que no se puede resolver satisfactoriamente en el aula. Psicólogos, fonoadiólogos, etc. ¡Se piden psicólogos para niñ@s de dos años de edad! Se pide un “estudio psicólogico”, así en general, demostrando desconocimiento de que existen muchos tipos de estudios psicológicos. Tenemos serias dudas de que las máximas autoridades del M.H. (directora del jardín y dueña de la escuela) tengan formación específica para educar alumn@s en la edad de niñez temprana.

En la sala de 4, se insiste mucho en la lectura de cuentos, siendo ésta una actividad que no corresponde a la etapa evolutiva de much@s de l@s niñ@s del curso.

Un comentario recibido de la dueña: “tu hij@ es demasiado aniñad@” (refiriéndose a un niño de 4 años). Otro comentario sobre el mismo niño (en sentido negativo): “si no lo obligo, no puede parar de jugar”.

Otra falencia grave del jardín es que hay niños que están todo el día en la escuela, pero conviven con niños que van a un solo turno. Por ejemplo, un niño entra a las 8:30 de la mañana, su mamá lo deja y se va a trabajar. A la mañana el niño está en clase realizando diversas actividades: inglés, música gimnasia, lectura de cuentos, armado de estructuras con juegos de encastre, etc. Luego llega la hora del alumerzo, y a las 13:45 debe retomar las mismas actividades que hizo a la mañana, ya que convive con niños que concurren solamente al turno tarde. Se le exige a l@s niñ@s que van a jornada completa el doble de concentración de los que van a un solo turno.

Un niño que asiste a actividades educativas en el turno mañana necesita descansar a la tarde, máxime si sólo tiene 4 años de edad. A la tarde sólo debería realizar actividades recreativas, y en lo posible que no estén pautadas por las maestras.

Nos enterábamos de casos de niños con mal comportamiento, probablemente causado por el estrés que el M.H. genera en niños que asisten a escolaridad completa.

A una madre se la obligó a retirar todos los días a su niño para el almuerzo porque la escuela no se pudo hacer cargo de su comportamiento en ese horario. Lo que sucedía es que el niño era “ruidoso” y no dejaba dormir a sus compañeros. Recordemos que esta madre estaba pagando una cuota por escolaridad completa y de este modo la obligaron a dos viajes más (ida y vuelta de la escuela) durante el día, totalizando así 4 viajes: ida a la mañana, ida al almuerzo, vuelta del almuerzo, vuelta de la escuela por la tarde.

Durante el 2015 la dueña de la escuela se encontró con el problema de que en la sala de 4, de 2 turnos, había demasiados niños para la sala de 5 (un solo turno) del año 2016. Así es que empezaron las “apretadas”, es decir pedidos de reuniones con los padres para comunicarles frases del tipo “yo no veo a tu nene maduro para entrar a la sala de 5 de este jardín”. De manera que nos encontramos en una suerte de juego de “Gran Hermano”, con eliminación de niñ@s”, supuestamente “no aptos” para el “competitivo” nivel del jardín M.H.

En las reuniones motivadas por el comportamiento de un@ niñ@ se utiliza un tono trágico para describir dificultades, olvidando que lo que se evalúa hoy puede ser muy distinto en 6 meses, ya que se trata de la etapa de crecimiento y maduración por excelencia. Después de dichas reuniones un@ queda anonadad@ y preguntándose si no estuvo hablando con principiantes en la educación o con gente que detesta a l@s niñ@s. Y comprueba que la “experiencia” profesional no necesariamente es un atributo que mejora junto con la edad de las personas (directora y dueña rondan los  60 años de edad), sino principalmente la consecuencia de tener los oídos abiertos para aprender y reconocer los propios errores.

Nosotros consideramos que es demasiado temprano para un@ niñ@ de 4 años iniciarse en la lecto-escritura o en la comprensión de los números. Tampoco un niño de 5 años precisa iniciarse en la computación, ni es imprescindible que aprenda un idioma extranjero. Lo único que creemos indispensable es que l@s niñ@s de 4 o 5 años ¡jueguen! Que socialicen, que aprendan el valor y las reglas de la amistad, la solidaridad, la cooperación y el respeto por el otro.

El jardín M.H. se  vanagloria de ofrecer jornada completa en la sala de 5, pero pudimos averiguar en la Dirección General de Educación Privada del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que oficialmente está anotado para brindar un solo turno. Las actividades a contra-turno, como tae-kwon-do o ajedrez, son consideradas extras pero no reconocidas como curriculares por el Gobierno de la Ciudad, por lo que el jardín no llega a calificar oficialmente como de “jornada completa”.

En esta nota nos concentramos en describir los defectos que vemos en esta institución y sus autoridades, que es lo que no se cuenta en la página Web de la escuela, ni tampoco es advertido claramente a los padres que inscriben a sus hij@s en el jardín.

Alentamos a los padres que tengan quejas sobre el jardín M.H. a que las planteen en el lugar que funciona a tal efecto, la Dirección General de Educación Privada del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, sita en AV SANTA FE 4362 entre Darragueyra y Uriarte 3er piso contrafrente , teléfono  4773-2400. Debemos reaccionar así ante la soberbia y los atropellos de las autoridades del M.H. Nadie en nuestra sociedad está exento de ser controlado y eventualmente sancionado por incumplir su deber, y esto incluye a las autoridades del jardín de infantes Miguel Hernández.